Ruta Circular al Peñón de Ronda desde los Sauces. ...
Parque Natural de la Sierra de las Nieves. 10-01-10

"Ha sido la primera ruta del año justo después de las vacaciones de Navidad y por ello planificamos un periplo algo light ya que, a buen seguro, nos excedimos en el consumo de dulces navideños y grandes comilonas, acompañado todo de mucha cerveza, buen vino y demasiadas bebidas espirituosas
El día se presentó despejado aunque los partes metereológicos nos amenazaron con tiempo inestable de frío, lluvia o nieve. Pero el grupo Pinsapaso no estaba dispuesto a quedarse en casa un domingo de mesa camilla y televisión. Así que a las 7:30 h, en la glorieta de Sta. Justa, estábamos para partir hacia la Sierra de las Nieves en Ronda José Luís “el Opencor”, Isa “la Incansable”, Paz “la Cartagenera”, Mabel “la Profe”, Isabel “la Extremeña” y Andrés “el Presi”.
Tomamos la autovía de Utrera dirección Ronda y, una vez en esta ciudad, seguimos por la carretera A-366 hacia el pueblo de El Burgo. Ya subiendo hacia el puerto del Viento (1.190m), comenzamos a ver manchas de nieve lo que provocó gran alegría y alborozo en Isa, nuestra Princesa de las Nieves. En el citado pueblo desayunamos, ¡ya era hora!, tras tres horas después de levantarnos.
Desde El Burgo seguimos dirección a Yuquera y, recorrido algo más de un kilómetro, nos desviamos por una pista a la derecha junto al arroyo de la Fuensanta. El carril discurría junto al citado arroyo entre chopos, higueras, adelfas, quejigos y algún pinsapo. Dejamos a la izquierda una cortijada que albergaba un antiguo molino de agua y una zona de acampada llamada Área Recreativa de la Fuensanta. Poco a poco el carril fue ganando altura entre encinas y pinos de repoblación y transcurridos unos 7 Km. desde la Fuensanta llegamos a un cruce de caminos junto a un cruceiro, que nos trajo recuerdos del Camino de Santiago. En una pequeña explanada dejamos estacionados nuestros vehículos.

Allí mismo empezó a nevar suavemente por lo que antes de ponernos a caminar nos enfundamos nuestras polainas, guantes y gorritos de lana.
Eran las 11:15h cuando emprendimos la marcha dirección al cortijo de los Sauces y desde allí nos dirigimos al arroyo de la cañada de la Encina entre una densa vegetación de adelfas, zarzas, rosales silvestres y pinos. Puesto que la vereda aparecía y desaparecía y de los copos de nieve pasamos a una fina lluvia de agua-nieve, decidimos variar sobre la marcha la ruta y optamos por seguir por el carril dirección Sur hacia Huarte.
Debido a la persistente agua-nieve tuvimos que hacer varias paradas para enfundarnos nuestros chubasqueros y pantalones impermeables. Más de uno, con tanto polar, chaquetones de pluma, polainas etc,. parecía Robocop. Todo esto nos retrasó un poco sobre el horario previsto.
El día era cada vez más negro y la niebla amenazaba con envolvernos.
Al cabo de unos 2 kilómetros el carril terminó en una explanada redonda. A la izquierda de la explanada partía una vereda dirección Sur que tomamos en un ascenso suave, pero constante, entre pinos y algún pinsapo suelto.
A nuestra derecha quedó el Filar de los Ermitaños y a nuestra izquierda el Cerro de la Cruz y entre ambos la Cañada de la Encina que llevaba bastante agua gracias a las fuertes precipitaciones de los pasados días. Poco a poco fuimos ganando altura que nos permitía disfrutar de las vistas, entre ellas el pico del Jarro y el tajo de la Alberca, a los pies del cual se extendía un bello pinsapar. Así llegamos al cortijo de Huarte, uno de los pocos cortijos en uso de esta sierra, que utiliza una gran roca como pared de la parte posterior de la casa.
Proseguimos nuestro camino en un leve descenso hasta llegar junto a la cañada de la Encina, donde encontramos un pequeño bosquete de bellos pinsapos. Allí volvió a nevar, haciendo aún más bello un lugar que contemplamos durante un breve descanso haciendo fotos.

La senda prosiguió en un fácil ascenso, la arboleda empezó a desaparecer y ya pudimos ver a nuestra derecha el peñón de Ronda y a la izquierda el puerto del Hornillo y en su falda el pinsapar de Cubero.
La niebla desafortunadamente se nos vino encima y nuestra visibilidad no alcanzaba más que unos 20 metros. Por ello optamos por no subir hasta la cumbre del peñón. De bajo de un solitario pino laricio dimos cuenta de nuestras viandas y del sabroso postre con que nos obsequió Mabel. A las tres de la tarde, con la niebla puesta, nevando y algo de frío nos pusimos en marcha. Tomamos dirección Este buscando el cortijo del peñón de Ronda. La vereda, debido a la nieve, estaba desaparecida, así que hacimos uso de la brújula y del mapa, y también como no, de nuestra intuición. Al fin vimos a tan solo unos 10 m. el cortijo, buen punto de referencia para ratificarnos que el rumbo era el correcto.

Seguidamente nos pusimos abuscar una senda que rodeaba al peñón y nos llevaría al cortijo del Palancar. Encontrarla fue imposible en la niebla, así que, sin perder cota de 1.100 metros y dirección Norte, entre incomodas aulagas, llegamos al puerto del Peñón donde encontramos una cancela metálica que da paso a la valla que separa términos municipales. Afortunadamente la niebla nos dió un respiro para gozar con las magníficas vistas que nos ofrece este puerto: a la derecha los tajos de la mole del peñón de Ronda y algún pinsapo que crece entre sus riscos, a nuestra izquierda la cañada de la Higuera y la cuesta del Gazpacho, y al frente el cortijo del Palancar y el arroyo del Portillo.

Desde el puerto iniciamos el descenso con el placer de la fuerte nevada que nos estaba cayendo pero con una más que aceptable visibilidad. Una vez en el cortijo, también deshabitado, continuamos por el carril que empezaba junto a la casa.
El camino final fue un agradable paseo en el que disfrutamos pisando nieve recién caída entre pinos, quejigos y encinas. En tan solo 40 minutos alcanzamos el cruceiro, cerca de donde estacionamos nuestros coches. Eran las 17h y había dejado de nevar".


Pero nuestra pequeña aventura no había terminado aún, de regreso subiendo hacia el puerto del Viento, debido a la nevada que había caído durante todo el día, nuestros vehículos quedaron bloqueados. Nuestras expertas conductoras Isa e Isabel (o Isabel al cuadrado) no podían ni avanzar ni dar la vuelta para tomar la carretera alternativa por Casarabonela. Pero los Dioses no nos abandonaron, apareció un tractor del Servicio de Carreteras de la Junta de Andalucía que arrojaba sal sobre la calzada para derretir la nieve y pudiera reanudarse la circulación. Cuando el tractor pasó junto a nosotros, Isa informó al conductor del vehículo pesado que no podía mover el coche pues las ruedas giraban sin avanzar. El tractorista, con experiencia en la conducción en nieve, se ofreció a sacar el coche del atolladero, conduciendo el auto unos 150 m hasta llegar a una zona donde la carretera estaba en mejores condiciones. Isabel “la Extremeña” siguió los surcos sobre la nieve que estaba dejando el turismo de nuestra compañera. Por fin salimos de este revés, ya pensábamos que nos sacarían en los telediarios: “senderistas atrapados toda la noche en sus vehículos por la intensa nevada en la Serranía de Ronda”. Nunca mejor nos vino el refrán de “zapatero a tus zapatos” y “senderista a tus senderos”.
AGP

Ruta: Circular
Distancia: 9 Km.
Dificultad: media-baja
Desnivel: 360m
Desnivel acumulado: 480m